Ayuntamiento de Quintana del Marco
Quintana del Marco
La localidad de Quintana del Marco cuenta con un gran patrimonio histórico artístico que se reparte entre sus dos barrios, a la sombra de las iglesias del Salvador y San Pedro respectivamente. Esta dicotomía marcó, hasta finales del siglo XX la tradición del ramo en la localidad.
San Jorge fue militar
en el retrato se ve
tiene la espada en la mano
y la serpiente a los pies.
Las mozas del barrio de San Pedro, donde se asienta su respectiva iglesia, eran las encargadas de cantar el ramo a San Jorge, este tenía lugar en una rogativa que en torno al 23 de abril, o el segundo día de Pasquilla tenía lugar hasta la ermita del Cristo. Hoy la ermita se encuentra en ruinas y, su fiesta, completamente perdida.
Los orígenes de esta fiesta se pueden buscar en el cercano pueblo de San Esteban de Nogales. Según relatan los vecinos de San Esteban, tanto Quintana como Genestacio acudían a la romería, cruzando el monte que separa las poblaciones, con el pendón y la cruz, estableciendo un estricto protocolo de orden en la procesión, que en cierta ocasión un pueblo no quiso guardar, con la consiguiente disputa entre los mozos, que terminó con la costumbre de acudir a la romería San Esteban de Nogales. Quintana y Genestacio siguieron guardando la fiesta de San Jorge, celebrándola en sus respectivas localidades.
En San Jorge se llevaban, las imágenes desde las iglesias a la ermita, acompañadas del pendón y el ramo o ramos que se ofrecían, quedando allí hasta la tarde, cuando se volvía a recogerlas para llevarlas de nuevo a sus respectivas iglesias. También era costumbre que las autoridades tiraran en la pradera de la ermita avellanas y otros frutos secos que los vecinos recogían.
Los ramos eran pujados por los quintos en la procesión, se confeccionaban con cintas y velas. Las velas eran donadas por la gente del pueblo, y, según fuera su número, se armaban uno o dos ramos. El soporte del ramo era triangular.
Ha llegado hasta nosotros un interesante ramo escrito por Jose Vecino en 1911. Consta de dos cantares, el primero trata sobre su vida y una de sus obras más afamadas:
"Defendisteis a una joven
de aquel animal malvado
de aquella horrible serpiente
que hacía tantos estragos.
Se comía a las personas
niños, jóvenes y ancianos,
al salir de aquella cueva
con la lanza la has clavado.
Con la cinta de ceñir
de la joven la has atado
y la llevasteis al pueblo
vaya singular milagro".
La segunda parte habla de su martirio en tiempos de Diocleciano y, como no podía ser de otra manera en las festividades de la primavera, pide el agua para los campos, dando a su vez las gracias por lo sucedido el Viernes Santo. Finaliza pidiendo la bendición del sacerdote:
"A vos glorioso San Jorge
de veras te suplicamos
que nos concedas el agua
y los frutos bien granados.
Ya los trigos iban secos
los centenos angustiados
por la falta de humedad
se presentaba un ruin año.
Esta Virgen Dolorosa
y su Hijo soberano
nos han regado los campos
el día de Viernes Santo.
Le hicieron la Soledad
por el pueblo la sacaron
como costumbre había sido
todos los años pasados
Al salir del santo templo
vimos el cielo nublado
al llegar a nuestras casas
llegamos todos mojados".
"Échanos la bendición
San Jorge glorioso santo
que nosotros la esperamos
en la iglesia arrodillados".
Además también se recuerdan otras estrofas del ramo a San Jorge, como esta en la que se pide por los soldados que se hayan fuera de casa, otro tópico muy común en las letras de los ramos.
"San Jorge fue militar
y muchos por allá se hayan
derramando mucha sangre
en los puentes de batalla".
Además de a San Jorge, también existen noticias de que las mozas de este barrio de San Pedro llevaron ramo a las Candelas, el dos de febrero y a San Antonio.
Las mozas del barrio del Salvador, por su parte, se encargaban de preparar el ramo de Pasquilla, que se ofrecía a la Virgen de Secos, cuya fiesta se celebraba el lunes siguiente al lunes de Pascua, la "Pasquilla", hoy trasladada al domingo anterior.
Mucha es la devoción que se procesa a la imagen, que tenía su ermita en un paraje conocido como el "Cuesto de Secos", donde ocurrió uno de sus más afamados milagros. Cuenta la leyenda que al lado de la ermita existía un pozo, al que cayó un niño, viéndolo un pastor que estaba allí guardando el rebaño rezó a la Virgen, subiendo el agua repentinamente hasta el brocal, resultando ileso el niño. Otro de los milagros más conocidos fue el que cuenta como a un hombre que venía del campo de acarriar se le cayó un buey por el ventano de una cueva y, rezando a la Virgen, al poco tiempo el buey salió solo del ventano, ambos milagros se narran en algunas de las canciones entonadas por las mozas:
"Un día un niño cayó
en el pozo de la ermita
el agua al punto subió
y al brocal lo deposita.
Un peregrino que al lado
presenció el triste suceso
a la Virgen ha invocado
resultando el niño ileso".
"Cuando la noche caía
regresaba del trabajo
del monte cuesta hacia abajo
con yunta y carro volvía.
Cayó el carro en el vacío
sobre un ventanal redondo,
aún quiso caer al fondo
de un viejo y abismo sombrío".
El ramo es un armazón triangular, que se cubre con una sábana a la que van cosidas las roscas. Se remata todo con un ramo de flores naturales. Aunque hoy se compran, anteriormente las roscas las hacían en una casa las madres de las mozas que iban a cantar. Se realizaban con azúcar, huevos, harina y anís. La masa se cortaba con un molde de hojalata para que quedaran todas del mismo tamaño y, en la misma casa se "vestía" el ramo.
Existe gran cantidad de canciones, pues antiguamente era común realizarlas para cada año. Actualmente son tres las que se escogen de entre todas ellas, y se entonan a dos coros en la iglesia al finalizar la procesión, en un lugar fijo de la iglesia.
Posteriormente el ramo con las roscas se subasta, quedando el dinero restante para sufragar arreglos en la iglesia, el culto a la Virgen, etc.
Los cantares contienen las características propias, mientras los dos primeros suelen contener el saludo, la licencia, la petición de orden y silencio, y ensalzan las grandezas de María. En el tercero o despedida se pide por los soldados, se dan las gracias al párroco, a las autoridades, se menciona el nombre de los devotos, se pide salud para las mozas y los que pujan el ramo, la bendición final. Lo vemos con algunos ejemplos de un ramo cantado en el año 1962:
"Sagrada Virgen de Secos
madre nuestra y abogada
once son los militares
que están fuera de Quintana.
A esos dos nobles muchachos
les tocó salir de España
dales salud gran señora
para volver a su patria.
Darles salud Virgen pura,
darles salud Virgen santa
todos los soldados vengan
otro año a daros gracias".
"Al que mandó la novena
nombrarlo también queremos
la dijo Victoriano Vivas
que es vecino de este pueblo.
Con muchísima alegría
hoy se hallan en este templo
dando gracias a la Virgen
y al Divino Sacramento".
"Y también a Don Arcadio
le damos rendidas gracias
que le dijo la novena
a esta Virgen soberana.
Y a todos los sacerdotes
que han venido a acompañarlo
también les damos las gracias
y que vengan muchos años".
"A los que pujan el ramo
librarlos de ir a la guerra
y a nosotras todas juntas
darnos salud madre excelsa."
"Este ramo que traemos
de roscas tan florecido
para la Virgen de Secos
lo traemos ofrecido.
Que lo saquen a la puja
lo devuelvan a dinero
todo lo que valga el ramo
a la Virgen le ofrecemos".
"Ahora quedaros con Dios
hermoso jardín de flores
échanos la bendición
a todos los pecadores".
También las mozas del barrio del Salvador realizaban un ramo de velas y cintas para ofrecer el día de Navidad, ramo muy alegre y cuyo canto era acompañado por el sonido de la pandereta, que tocaba la señora Marcela. Las velas se ponían "a pico" y todo el armazón se forraba con cintas. Se entraba cantando desde la calle, momento en el que se cantaba:
"Sacristán abre las puertas
para poder ir entrando
que traemos la noticia
del nacimiento sagrado".
A partir de aquí se iba avanzando por el pasillo de la iglesia, en otras ocasiones se pedía a los hombres, acostumbrados a colocarse en el fondo de la iglesia que dejasen paso:
"Apártense los señores
déjennos camino y guía
que venimos las doncellas
a visitar a María."
A partir de aquí ya se iba avanzando hasta el altar de la iglesia:
"Adelante compañeras
a ver si los encontramos
en un portal pequeñito
que le llaman de la estrella."
En el primer cantar, además de narrar la noticia del nacimiento, también se alude a la ofrenda que las mozas realizaban:
"Nosotras también venimos
a traeros esta ofrenda
que no hemos podido más
por ser mucha la miseria.
Recibirlas gran señora
de mano de estas doncellas".
Otro segundo cantar solía narrar algún acontecimiento relacionado con la Navidad, como los desposorios entre María y José. Comenzaban normalmente con la fórmula "Hoy día de Navidad".
"Hoy día de Navidad
día de gran regocijo
a estos desposorios castos
convida la Iglesia amigos.
El desposado es José
pues grande dicha ha tenido
que se casó con María
hija de Joaquín su tío.
Tiene la novia mil gracias
de quince años no cumplidos
José tiene treinta y tres
hermoso y buen parecido
y para no estar ocioso
de carpintero es su oficio".
Finaliza el ramo con el tercer cantar, que es conocido como "Las Pascuas", donde las mozas felicitaban la Navidad a los presentes y realizaban una serie de peticiones para el día siguiente, festividad de San Esteban:
"Las buenas y santas pascuas
tengan todos los señores
lo primero al señor cura
alcaldes y regidores.
Lo segundo a nuestros padres
porque es la paz en el hombre
es la prenda más amada
que Dios creó entre las flores.
Al maestro y la maestra
que las tengan muy bizarras
que las tengan muy felices
con las gentes de su casa.
Volvamos a la justicia
que ya se nos olvidaba
que pal día de San Esteban
nos prepare las castañas.
Poquiticas le pedimos
si quiera unas cuatro cargas
una fanega de nueces
dos arrobas de manzanas.
Cántara y media de vino
siquiera para mojarlas
una arroba de turrón
que estamos acatarradas.
Cuando pase la punteja
la punteja de la plaza
unas caigamos de pies
otras caigamos de espaldas
otras caigamos de pies
y enseñemos las enaguas".
Este ramo se ha cantado esporádicamente durante todo el siglo XX y XXI, siendo el último año en 2019, cuando un grupo de jóvenes lo retomaron con ilusión. También queda el recuerdo de ramos cantados por las mujeres casadas al Cristo de la Vera Cruz, aunque totalmente perdidos.
Informantes: Teodora Cubero Rubio, Goya Chana Martínez, Maximina Falagán Gutiérrez, Victorina Fernández, M ªGloria González Méndez, Ceferina Martínez Gutiérrez, Pilar Martínez Miñambres, Rosa Martínez Miñambres, Marcelina Posado Vivas.
Genestacio de la Vega
Antigua fotografía de la procesión con San Jorge.
Fotografía cedida amablemente por Adelaida Chana Vilorio.
La procesión, con el ramo de cintas y velas, discurriendo por las calles del pueblo.
Fotografía cedida amablemente por Adelaida Chana Vilorio.
El ramo y la cruz saliendo de la iglesia del Salvador.
Fotografía cedida amablemente por Adelaida Chana Vilorio.
Imagen de la Virgen de Secos dispuesta para salir en procesión.
Fotografía: Jose Luis de las Heras Alija.
Antigua fotografía del ramo de Pasquilla, a mediados del siglo XX.
Fotografía cedida amablemente por Luis César Vilorio.
Un momento del canto del ramo en la iglesia del Salvador.
Fotografía: Jose Luis de las Heras Alija.
El ramo durante la procesión por las calles del barrio del Salvador.
Fotografía: Jose Luis de las Heras Alija.
Un momento de la subasta del ramo a las puertas de la iglesia, tras la procesión.
Fotografía: Jose Luis de las Heras Alija.
Ramo de Navidad del año 2019.
Según cuentan sus habitantes, el pueblo de Genestacio surgió tras el acercamiento de tres antiguos barrios a la sombra de un antiguo hospital de pobres y peregrinos, que se encontraba donde hoy se sitúa la iglesia parroquial, dedicada a Santa Marina.
En dicha iglesia, hasta bien entrado el siglo XX, se ofrecía la mañana de Navidad un ramo, realizado con un armazón triangular, forrado con un pañuelo "de tiber", cintas y velas. Las mozas lo cantaban desde el portal de la iglesia, comenzaba, al igual que en otros ejemplo, pidiendo paso a los señores, situados a la entrada de la iglesia:
"Apártense los señores
apártense para un lado
que venimos las pequeñas
con este florido ramo
A ver el cáliz bendito
y la Ostia consagrada
la esposa con San José
la que floreció en la vara".
"Adelante compañeras
que venimos dirigidas
a ver al recién nacido
en esta mañana fría".
Tras esta entrada, dos más eran las canciones que se entonaban, muchas de ellas posiblemente, al igual que otros casos, procedan de viejos pliegos que las gentes guardaban y memorizaban, de estos pliegos posiblemente proceda el segundo cantar, del que apuntamos un pequeño fragmento:
"Desterradas las tinieblas
salió la Aurora Divina
con su esposo San José
que para Belén caminan
Por montes y valles
cerros y collados
camina María
con su esposo amado.
Que tal le iría en el viaje
a San José soberano
por las escarchas y el hielo
andaban peregrinando".
Por último se finalizaba con las Pascuas, de nuevo un cantar de cariz jocoso y lleno de ingenio creativo, donde se felicitan las fiestas y se hacen las oportunas peticiones:
"Y también al señor cura
le pedimos muy de veras
nos prepare las castañas
para el día de San Esteban.
Poquiticas le pedimos,
si quiera unas quince cargas
con dos heminas de nueces
y otras cuatro de avellanas.
que comer bien las comemos
que no estamos desdentadas
que llevar bien las llevamos
con el macho del tío Chana,
y si el macho no pudiera
tenemos que echarle cuarta.
Y al mozo que puja el ramo
le vamos a regalar
el pico de la cigüeña
y las alas de un pardal.
Y a la Pura concepción
le pedimos esta gracia
que nos conceda un buen novio
que queremos ser casadas,
que no sea tardando mucho
que los mozos se nos marchan.
Si lo hacen por las buenas
no les cobraremos nada,
más que un abrigo de rizo
con una chaqueta larga.
Zapatos no le pedimos
que no nos hacen falta
si nos dieran unas galochas
para ir a remolacha.
Si no le parece bien
esto que le habemos dicho
cada uno por donde quiera
puede coger el camino".
Como ya explicamos anteriormente, los pueblos de este ayuntamiento guardaban fiesta el día de San Jorge. En Genestacio aún se recuerda el ramo que se hacía para San Jorge, uno de los más arcaicos de cuantos se han recogido. Se trataba de un ramo que se cortaba de un negrillo, decorado con flores, cintas y estampas. Este ramo o "estandarte", como también se conocía. Se llevaba por las bodegas, mientras las mozas cantaban coplas populares al santo:
"San Jorge bendito,
San Jorge de amor
danos un buen novio
que sea fumador".
"Qué haces ahí San Jorgico
en la ermita San Esteban
con esa araña tan grande
esperando a los que vengan".
"Ay San Jorgico bendito
hecho de un palo nogal
amigo de los míos chancros
y primo mío carnal".
"De san Jorgico venimos
por la Pozorra pasamos
por la fuente de La Cagalla
a Genestacio llegamos".
También se recuerda en cierta ocasión que para el día de Navidad hubo dos ramos, uno de las mozas y otros de las más pequeñas, que lo realizaron con las ramas de un romero, árbol que nacía en el cementerio. Para que todo fuera sorpresa, algo habitual en este tipo de actos, fueron escondidas de noche a buscarlo.
Actualmente en Genestacio de la Vega se sigue ofreciendo y cantando el ramo al Cristo de la Vera Cruz, imagen de gran devoción en la zona, que se encuentra ubicada en una sencilla ermita a la entrada del pueblo, junto al cementerio.
Su fiesta se celebra el domingo siguiente a la Cruz de Mayo, tras la celebración de un novenario en la iglesia. Sobre el Cristo se cuentan numerosas leyendas e historias moralizantes. Una de ellas relata cómo unos viajeros que venían de La Bañeza en burro al pasar por la ermita veían otras veces el Cristo tenía luz y esa vez no, y diciendo uno de ellos ¡A este burro ya se le acabó el pienso! Como castigo, unos pasos más adelante el burro se espantó y cayeron para una reguera que cruzaba la carretera. Al levantarse dijo "por años que viva de este Cristo no me vuelvo yo a reír".
El ramo es un armazón con andas, que se cubre con una sábana a la que se le cosen las roscas y los roscones. Todo ello se remata con un ramo de flores naturales, también se colocan algunas cintas por su superficie. Al igual que en otros casos, anteriormente las roscas se hacían en los hornos, las mozas llevaban huevos, harina, azúcar y manteca, durante toda la noche se hacían las roscas y los roscones, para lo que usaban un cribo, se realizaban dos, uno para cada lado. Además, esa noche las mozas aprovechaban para ponerle ramos vegetales a los mozos del pueblo. Las cáscaras de los huevos se cosían y con ellas se hacían rosarios que se colgaban a las puertas de la iglesia.
Antes de salir la procesión, en la iglesia se cantan tres canciones, a dos coros, desde un lugar fijo de la iglesia. Las dos primeras fueron compuestas por un maestro del pueblo llamado Don Ceferino, a partir de los Romances de la pasión de Lope de Vega. Más tradicional es el tercer cantar, que, como es típico en estas composiciones, pide por los labradores, los que mandan la novena, da las gracias y pide la bendición del párroco, etc. También las mozas hacen promesas para llevar una vida según las órdenes de la Iglesia:
"Todos juntos te veneran
y te suplican tus dones
que les cuiden de sus campos
y nunca les abandones.
Que el campal y regadío
las praderas y sembrados
por tu constancia divina
sean siempre custodiados.
Del cielo caiga el rocío
que fecundice la tierra
pues el fruto no lo cría
ni el que planta, ni el que riega".
"De Genestacio las chicas
que hoy rezan por todo el pueblo
y con fervor os suplican
fertilices este suelo.
Trabajamos sin descanso
para hacer el suelo bueno
nada nos producirá
si no nos lo riega el cielo".
"Nosotras por todo esto
haremos firmes promesas
de respetar los domingos
y demás días de fiesta.
Huiremos del pecado
se alejará la blasfemia
y todos como uno solo
frecuentaremos la iglesia.
Y para más alabarte
te ofrecemos este ramo
que deseamos se emplee
para tu culto sagrado.
Y también al sacerdote
rendidas gracias le damos
que le dijo la novena
a este Cristo soberano".
"Cristo de la Vera Cruz
a quién hace la función
conservarlo siempre en gracia
no les niegues el favor
El que mandó la novena
nombrarlo también queremos
se llama Ramiro Vázquez
y es vecino de este pueblo.
Esta novena que ha dicho
por su salud la ofreció
y este soberano Cristo
la salud le concedió.
Pues al verse sin remedio
en tal dolor y tristeza
prometió si le curabas
haceros esta novena".
"Este ramo que traemos
de roscas tan florecido
nos lo han dado nuestros padres
para este Cristo divino.
Que lo saquen a la puja
por ver si nos mandan algo
y todo aquello que manden
para este Cristo sagrado".
"Y ahora a nuestro pastor
de rodillas le pedimos
que bendiga a todo el pueblo
como bendecía a Cristo.
Te imploramos de rodillas
y de todo corazón
para nosotras y el pueblo
que nos des tu bendición".
La procesión llega hasta la ermita y, durante ella, son las mozas las encargadas de llevar las andas del ramo. Al llegar a la ermita se deja la imagen del Cristo, y se cantan de nuevo dos canciones. La primera varía todos los años, son canciones populares relativas a la pasión, como La baraja de los naipes, El arado de la pasión, El reloj de la pasión o los Sacramentos. La segunda, que hace las veces de despedida, está impregnada de ese sabor popular típico de las canciones de los ramos, donde de nuevo se repiten peticiones de la primera. Sirvan estas estrofas de ejemplo:
"Hoy entre todos nosotros
otro devoto se encuentra
del pueblo de Genestacio
ha cumplido su promesa.
La terrible enfermedad
con garra fiera y maldita
hirió de muerte segura
al devoto Juan Alija.
Más al verse sin remedio
en tan dolor y tristeza
te prometió si le curas
haceros una novena.
Llevaros en procesión
donde está vuestro sagrario
y traeros otra vez
para vuestro santuario.
Cristo de la Vera Cruz
que a nadie has desatendido
devolviste a tu devoto
la salud que te ha pedido".
"Te pedimos muy de veras
sigas haciendo milagros
que son muchos los que has hecho
a nuestros antepasados".
"Representante de Cristo
danos vuestra bendición
como prueba de que el cielo
escucha nuestra oración".
Informantes: M.ª del Rosario Charro Rodríguez, Amalia Ramos, Odila Rubio, Ramona Rubio.
Antiguos papeles del ramo de Navidad, conservados en Genestacio de la Vega.
Cristo de la Vera Cruz de Genestacio de la Vega durante el novenario.
Ramo de roscas de Genestacio de la Vega.
Fotografía: Jose Luis de las Heras Alija.
Un momento de la subasta del ramo en el atrio de la iglesia, mientras se le dan las tradicionales vueltas.
Fotografía: Jose Luis de las Heras Alija.
Antiguos papeles del ramo del Cristo, conservados en Genestacio de la Vega.